EL
LOBATO Y LA BORREGA
I
Era
una mañana
del
mes de las brevas.
El
es un lobato
y
ella una borrega;
él
está en el árbol
llenando
la cesta
y
dice mimoso
cuando
pasa ella:
—¡Ven
á comel jigos
de
la mi jiguera!
II
—
Madri: Pericocho,
si
está en la su güerta.
me
dici asín siempri;,
cuando
paso cerca:
«¡Ven
á comel jigos
de
la mi jiguera!»
—¡Quita,
que es un brutu!
¡No
los comas, prenda,
que
esos jigos sabin
á
jiel de la tierra!
III
Otra
mañanita
del
mes de las brevas
cerca
del lobato
pasó
la borrega.
—
¿No quieris tú jigos
de
la mi jiguera?
—
¡Si dicin que sabin
á
jiel de la tierra!...
IV
¡Cuánto
tiempo en casa!
¡Cuánto
tiempo enferma!
Cuántos
cuchicheos
en
las callejuelas,
y
en las resolanas,
y
en la misma iglesia!
Se
quedó amarilla
como
caña seca.
¡Por
poco se muere,
la
pobre borrega!
Y
en cambio el lobato
¡qué
lomos, qué fuerza!
V
Y
otra madrugada
del
mes de las brevas,
de
las tempranitas,
de
las sanjuaniegas...
cuando
están los trigos
de
color de cera,
cuando
las escobas
más
amarillean
y
el color incuba
de
fiebre materna
la
segunda cría
de
las linaceras,
cerca
del lobato
pasó
la borrega.
—
Mañana temprano
güelvi
á la mi güerta,
que
Otra ves hay jigos
en
la mi jiguera!
¡Qué
guapo y que bruto!
¡Qué
gruñir de bestia!
¡Qué
callar tan manso
de
herida cordera!...
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